Lo primero que nos gustaría volver a recordaros la importancia que tiene la labor conjunta de madres y padres con el profesorado en la educación de los niños y niñas, desde infantil a secundaria.
La educación es una tarea compartida cuyo objetivo es la formación integral de los niños. Así, el tutor, la familia y el centro tienen la responsabilidad de hacer partícipes a los otros de todo lo que afecte al alumno para que puedan trabajar juntos en esta tarea tan importante. Para ello es fundamental cuidar la comunicación, máxime en tiempos difíciles y conflictivos como los que estamos viviendo y reforzar los canales efectivos a través de los que compartir toda la información necesaria.
Sólo así nuestros niños y niñas tendrán una educación integral, y podrán sentir que casa y escuela son espacios diferentes pero complementarios.
Ha quedado demostrado que la implicación de la familia en la vida escolar: – Aumenta el rendimiento escolar, la forma de relacionarse y la autoestima de los niños
– Los padres y madres tienen una actitud mucho más positiva cuando surgen problemas en el colegio
– Y ayuda a resolver más favorablemente los conflictos que puedan surgir dentro del centro escolar.
Sin embargo, a pesar de ser todos conscientes de esta importancia de la cooperación familia escuela, la realidad es que surgen conflictos y diferencias creándose distancia, recelo y enfrentamiento entre uno y otro. Por ello, es necesario abrir más canales y espacios abiertos a la participación y discusión abierta y sincera.
Y no podemos ignorar que en estos momentos de crisis derivados del Covid19 es más importante que nunca establecer esos canales de comunicación porque la implicación de las familias es más necesaria de lo que ha sido en ningún otro momento de nuestra historia y sin el trabajo conjunto es imposible llevar a cabo esta difícil tarea de educar en los tiempos del Coronavirus.
Por eso los programas de convivencia familia escuela son tan importantes. El objetivo es establecer la comunicación para que padres/madres y profesores se escuchen de verdad y así puedan comprenderse.
Creemos firmemente que en este momento nuestro apoyo a los centros educativos debe ir en esta dirección de estructurar y fortalecer un equipo de trabajo entre las familias y los colegios.
¿Cómo llevamos a cabo estos programas familia escuela?
La dinámica de trabajo comienza por una primera fase de intervención independiente con cada una de las partes implicadas y una segunda fase de encuentro.
1.En la primera parte se realizan una una serie de talleres en los que se proporciona información sobre gestión de conflictos, comunicación efectiva y técnicas de mediación, se escucha a los miembros de cada grupo y se les estimula a hablar y a reflexionar para conocer las diversas posturas, intereses, sobre cómo perciben a los otros, etc.
2.Todo ello les prepara para un encuentro final en el que el profesional mediador establece el diálogo entre las partes. Su participación es fundamental tanto porque es necesaria la visión de una persona no implicada como por los conocimientos que tiene derivados del trabajo realizado con los grupos por separado.
En ese encuentro los grupos compartirán las propuestas para mejorar la convivencia que hayan preparado individualmente, con esa base se abre espacio a la reflexión conjunta y se hacen propuestas cooperativas a futuro.
La eficacia de estos programas ha sido demostrada por múltiples estudios:
- Genera un cambio en la mirada de unos y otros, familias y profesores,
- Les sirve para adquirir habilidades para expresar las emociones, los intereses y las disconformidades.
- Y para aprender a resolver los conflictos de forma constructiva.
- Mejora la interacción familia escuela y aumentan las oportunidades de realizar actividades gratificantes y verse como aliados en la consecución de objetivos compartidos.
Por todo ello, ahora más que nunca, desde Ongizatea apostamos por reforzar el vínculo familia escuela y apoyar a madres/padres y profesores en su labor de educar